Te conocí cuando todo era nuevo y emocionante, y las posibilidades de comernos el mundo eran infinitas... Y aún lo son para ti, para mi, pero no para nosotros.
En algún momento entre entonces y ahora, aquí y allá, vagando de un problema a otro, no solo nos distanciamos, crecimos, razonamos, intentamos ser realistas y tratamos de madurar.
Cuando algo se rompe, si las piezas son lo suficientemente grandes lo arreglas, por desgracia... A veces las cosas no se rompen se hacen añicos, pero si dejas pasar la luz, el vidrio hecho añicos destella y en esos momentos cuando las piezas de lo que fuimos brillan y nos hacen recordar lo hermoso que fue, lo hermoso que siempre será, por qué fuimos nosotros, fuimos uno solo, y fuimos magia por siempre.
–Escritor Anónimo.
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