Fruto amargoEscritor anónimo 20 ene1 Min. de lecturaHaz lo que te dé la gana, nadie te detiene. Pero cada vez que decides, te cargas con las consecuencias. Y ahí está la trampa: no hay escapatoria, tienes que comerte lo que sembraste, incluso cuando el fruto es amargo.
Haz lo que te dé la gana, nadie te detiene. Pero cada vez que decides, te cargas con las consecuencias. Y ahí está la trampa: no hay escapatoria, tienes que comerte lo que sembraste, incluso cuando el fruto es amargo.
Un cuchilloHay un momento en que la búsqueda externa se detiene. Más que un triunfo, es un instante que te atraviesa como un cuchillo. Te das cuenta...
Aprender a soltarEl viento del tiempo no hace distinciones; sopla sobre todos por igual, desgastando nuestras huellas. Al final del día, solo queda el eco...
Una grietaTodos llevamos una grieta por dentro, aunque la pintemos con sonrisas. Es esa pequeña fisura la que nos recuerda, al final del día, que...
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