Fruto amargo
- Escritor anónimo
- 20 ene
- 1 Min. de lectura
Haz lo que te dé la gana, nadie te detiene. Pero cada vez que decides, te cargas con las consecuencias. Y ahí está la trampa: no hay escapatoria, tienes que comerte lo que sembraste, incluso cuando el fruto es amargo.
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