A veces las personas que creemos conocer, con las que contamos y compartirnos nuestras vidas, resultan ser unos extraños de paso.
Quizás lo que más nos sorprenda no es que nos fallen, sino que sean ellos mismos quienes nos decepcionen con sus palabras y acciones. Esas personas con las que creíamos querer y confiar, ahora no signifan nada, solo un recuerdo de nuestra vida pasada.
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